La investigación descubre nuevos aspectos sobre la bacteria que causa la lepra y la genética abre un nuevo enfoque que hace difícil una exposición exacta de la enfermedad. La bacteria no puede ser reproducida en laboratorio y por lo tanto es limitado su conocimiento biológico.
La enfermedad tiene cura y con un diagnostico precoz se evitan las terribles secuelas, gracias a la efectividad de la poliquimioterapia. La OMS tiene como objetivo conseguir una incidencia de menos de 1 caso cada 10.000 habitantes, pero la lepra (junto con la tuberculosis, con quien comparte una bacteria muy similar) hoy se considera por muchos como una enfermedad emergente y su erradicación todavía imposible.
La lepra es vieja como el tiempo y siempre con la misma careta de estigma y repudio a lo largo de los siglos. Una mascara siempre trágica que esconde seres humanos con los mismos sentimientos que cualquier otro ser humano.