El cabello, piel y ojos tienen color gracias a la melanina.
La melanina también llamada pigmento foto protectivo, absorbe la luz ultravioleta evitando a la piel el daño ocasionado por el sol e interviene para el desarrollo normal de la visión. Su carencia, debido a defectos genéticos, origina el albinismo. Existe el tópico generalizado que el albino es un individuo de piel blanca y ojos color rojo; en realidad hay dos principales categorías de albinismo: el óculo-cutáneo (falta melanina en piel, cabellos y ojos) y el ocular (falta melanina en los ojos).
La piel puede tener distintos grados de color y los ojos van desde el gris al azul o marrón. Los problemas de visión, como hipermetropía y astigmatismo, son muy frecuentes y con valores exagerados. No obstante el uso de gafas correctoras, se obtienen mejoras pero difícilmente una visión normal. La falta de melanina produce anormalidades como carencia de nitidez en la vista y además reduce la percepción de la profundidad.
El porcentaje de albinos es muy elevado en el África negra. Tienen que enfrentarse a sus problemas físicos y a la indiferencia de los demás por su sufrimiento. Viven con la contradicción de ser objeto de augurio y mal augurio, escondiéndose de una humanidad que demasiadas veces no les perdona.
Difícil establecer que significa ser normales ya que abundan las reglas no escritas por la sociedad. Hay anomalías físicas que hacen la diferencia y si se juntan con los prejuicios sociales, el resultado desemboca siempre en sufrimiento y marginalidad.
La falta de recursos económicos es el gran enemigo de la evolución de toda esta gente. Con mas educación se puede enfrentar a la sociedad mejor armados, pero la escolaridad se interrumpe para la mayoría en los primerísimos anos. Los ojos no pueden leer sin corrección y las gafas cuestan un dinero que comúnmente sirve para poder subsistir. Es la condena a un casi analfabetismo y por lo tanto a la falta de libertad, a una vida de sumisión, aun mas grave en los poblados donde las creencias culturales son fuertes y estables.
El alto grado de desinformación sobre su diversidad y la escasez de medios obligan a trabajar a pleno sol con alto riesgo para la piel y los ojos, contribuyen a su deterioro físico.
Los que consiguen emigrar a la ciudad, mejoran su calidad de vida tanto en lo físico como en lo social, pero difícilmente logran liberarse de ser objeto de burla y de buena suerte al mismo tiempo; pero siempre diferente, fuera de la normalidad; es así que la naturaleza rige y manda según sus caprichos y reglas genéticas.