CALDER LA VISÍON DE UN BEBÉ
Hubo una época que algo cambió en la habitación de los niños y ésta se llenó de multicolores objetos colgantes sobre la cuna o suspendidos del techo. Los objetos, de poco peso y en distinto plano, se movían a la mínima corriente de aire. Al mudo estático de peluches se incorporaron formas distintas y volúmenes danzantes a los pequeños suspiros.
Para ese entonces Calder ya había experimentado mucho con sus móviles y con su arte en general.
Calder es unos de esos artistas que constituyó su obra como un juguete que todo el mundo acepta aun sin saber que pertenece al arte.
Una licencia para soñar.